Según la teoría de la acción planificada, el control percibido basa en las creencias de control, en función de las cuales la persona establece si posee o no las capacidades o recursos necesarios para llevar a cabo la conducta y si existen las oportunidades adecuadas (Morales y otros, 1994).
El control percibido de la conducta guarda relación con la percepción de obstáculos internos y/o externos situacionales, que impiden o dificultan que se lleve a cabo la conducta en cuestión..
En definitiva, podemos decir que es la capacidad que una persona cree que tiene de controlar tanto factores externos, es decir, del ambiente, como internos.